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Don Quijote se encuentra a Don Corleone
Título original: Don Quijote meets Don Corleone
1983
Técnica mixta sobre tela
Medidas: 275 x 305 cm
Referencia: ACF0259
«Julian Schnabel –ha escrito Jean-Christophe Ammann– parece ser la corporeización de una energía creativa que se expande en todas direcciones». Sobre la pintura, fundamentalmente, diríamos nosotros. En la pintura, Schnabel ha sido especialmente proclive al lujo y a lo grandioso, tanto en las dimensiones de sus obras –algunas, auténticos murales– como en el acabado y en la abundancia de lo que acontece y se deposita sobre la tela; o, justamente al contrario, en su austeridad y su concentración, que no disminuye, sin embargo, la intensidad de sus propuestas.
El año 1983, cuando pintó Don Quijote Meets Don Corleone, es significativo en el desarrollo de la obra de Schnabel. Fue entonces cuando realizó sus primeras obras sobre lienzos de vela, adquiridos curiosamente al mismo fabricante de Amagansett –ahora ya un anciano– que en una ocasión le vendió otros a Jackson Pollock. Además, 1983 fue también el momento en que Schnabel se inició en la escultura.
Esta obra muestra el influjo del trabajo de Sigmar Polke y, asimismo, las características diferenciales del artista norteamericano respecto del alemán. Ambos coinciden en la superposición por planos de imágenes y tratamientos técnicos de distintas procedencias y disciplinas; y se diferencian en la multiplicidad cultural y en un sentido de lo pasado que hace que las obras de Schnabel, como apunta Diego Cortez, ofrezcan «sedimentos de la historia hechos a mano».
No resulta fácil dilucidar el porqué del título que Schnabel ha dado al cuadro, «Don Quijote encuentra a don Corleone», pero quizás no sea equivocado suponer que responde tanto a una ironía del artista como a su demostrado interés por el cruce entre culturas. La vasija dibujada que puede distinguirse en el centro del cuadro remite al viaje que los Schnabel realizaron a Marruecos aquel mismo año.