Miquel Barceló
España, 1957
Volver
Miquel Barceló estudió en la Escuela de Artes y Oficios de Palma de Mallorca, y en 1974 en la Escuela de Bellas Artes de Barcelona. A finales de los años sesenta presentó sus primeras exposiciones individuales, con obras muy próximas al espíritu conceptual. Durante su primer viaje a París se interesó, en especial, por el art brut y por las obras del expresionismo abstracto norteamericano; a principios de los ochenta comenzó a practicar una pintura figurativa de tendencia expresionista. Después de ver la exposición «Otras figuraciones» (Fundació "la Caixa",Madrid, 1981), RudiFuchs le propuso participar en la Documenta VII de Kassel (1982), y a partir de este acontecimiento su obra comenzó a ser reconocida en el ámbito internacional. Junto con José María Sicilia y Miguel Ángel Campano, Miquel Barceló se perfila como uno de los representantes más significativos de la pintura española de los años ochenta, y se identifica con la joven generación de artistas que, a principios de aquella década, retomó la práctica de la pintura desde una clara sensibilidad «matérica». Aunque sus estancias en diferentes países -Italia, Portugal, Francia, Estados Unidos y Malí- han ido determinando de forma decisiva su trabajo, en la obra de Miquel Barceló se constata el tratamiento recurrente de algunos de los grandes temas y problemas técnicos de la pintura clásica -el paisaje, la naturaleza muerta, el taller del artista o el retrato, la perspectiva, el color, el tratamiento de la luz o la composición-, que reformula constantemente según una investigación que es, en esencia, pictórica. Su pintura es una pintura de la memoria, que recoge citas autobiográficas, en una exploración ilimitada de nuevas formas de expresión en las que el artista experimenta con una gran variedad de materiales y de procedimientos pictóricos. Actualmente, Barceló trabaja entre París, Mallorca y Ségou (Malí).
Eva Solans