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Motivo estropeado
Título original: Motiv kaputt
1991
Acrílico sobre tela
Medidas: 290 x 260 cm
Referencia: ACF0510


Aunque la figura ha sido siempre el fundamento de la pintura de Baselitz, es evidente que a principios de los años noventa el artista había desviado de ella su atención y se encontraba fascinado ante las posibilidades creativas del color, la línea y la pincelada en las superficies de sus cuadros. Motiv kaputt y Roter Armconstituyen la expresión más clara del concepto de ornamento que Baselitz siempre ha defendido para definir su pintura, un concepto conflictivo en nuestra época pero que este artista utiliza para enfatizar su interés por la pintura como forma y no como expresión de un contenido narrativo. Las figuras aparecen en estas obras entrelazadas con fondos ricos en matices, que cada vez son más expresivos. Fondo y figura permanecen en el mismo plano de importancia y conforman un denso tejido de efectos formales extremadamente seductores. Como en la obra titulada Roter Arm, las figuras no tienen una identidad reconocible porque han experimentado una progresiva esquematización hasta alcanzar un notable grado de transparencia; una transparencia que no interrumpe la visión de un fondo suntuoso, sutilmente modulado por vibrantes pinceladas de color.
En Roter Arm, la figura verde con su llamativo brazo rojo yace en la parte inferior del cuadro, debajo de un enrejado negro que estructura toda la composición. Este potente enrejado, que a pesar de estar sobrepuesto a la figura no produce la sensación de confinamiento, crea, sin embargo, una impresionante tensión sobre el fondo blanco, que tan sensiblemente ha pintado el artista con un entramado de pinceladas grises y algunos toques de verde y azul. Pero la tensión aumenta cuando se aprecia que las manchas negras son las huellas de las pisadas del artista, que se ha paseado sobre ese maravilloso fondo. En esta década, Baselitz deja a menudo la impronta de sus pies en su pintura. Ello, en un principio, es una consecuencia de su método de trabajo –con la tela colocada sobre el suelo–, pero más tarde se convierte en un gesto deliberado para dejar constancia de su paso, para evidenciar su presencia en el proceso de creación de la obra. Curiosamente, como ha señalado Kevin Power, a medida que sus figuras se adelgazan aumenta la presencia física y la personalidad del artista en la obra. Baselitz se vale cada vez más de su propio cuerpo para pintar, como demuestran las huellas impresas por las suelas de sus zapatos en esta pintura.
Motiv kaputt es una obra compositivamente muy similar a la anterior, pero extraordinariamente significativa por la caída del motivo central. La figura ha desaparecido, ha sido eliminada, o quizás haya quedado oculta bajo los intensos brochazos que forman el fondo. El artista ha abandonado el tema que perseguía y sólo ha dejado unos emotivos retazos de su presencia flotando en el espacio, lo suficiente para no olvidar que en esta pintura había un motivo. Con este gesto, Baselitz nos recuerda que, a pesar del mucho terreno que ha ganado la abstracción en su obra, su pintura nunca abandona la figuración. Quizás su visión no era tan importante para la obra, pero su presencia sigue estando viva, sobre todo compositivamente. Por otro lado, la caída del motivo es sin duda la mayor confirmación de la independencia de su pintura respecto de cualquier tipo de contenido expresivo. El artista deja claro que su interés se centra en la pintura como objeto, y no en el objeto de la pintura; en definitiva, con este gesto magistral está afirmando que el propósito de la pintura es la pintura misma.