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Alicia dorada I
Título original: Gold Alice I
1984
-1989
Esmalte metalizado y papel sobre tela
Medidas: 182,5 x 317 cm
Referencia: ACF0448
Esta pintura de gran formato está basada en el texto de Lewis Carroll Alicia en el país de las maravillas. A pesar de las múltiples interpretaciones que pueda recibir esta narración, la dudosa frontera entre lo real y lo fantástico se erige como su característica más destacada. La historia de Alicia presenta la posibilidad de sumergirse en un mundo fantástico. Dicha posibilidad es comparable a la de verse inmerso en una representación, lo que concuerda con un deseo persistentemente expresado por Kids of Survival: acercar la representación del mundo que nos rodea al propio punto de vista. Como dijo Richie Cruz, de K.O.S., «el arte es una de las pocas formas con las que podemos mostrar nuestro punto de vista sobre el mundo. No disponemos de una cadena de televisión, pero entre todos podemos realizar una pintura». El personaje de Alicia es precisamente aquel que cruza la frontera y se incluye en la representación. Alicia bien puede tomarse como un modelo para explicar cómo las condiciones sociales de los componentes de K.O.S. se representan en sus propias obras.
Aunque la pintura no permite reconstruir el diálogo que haya podido tener lugar durante su realización en el estudio, que es a la vez la escuela de Tim Rollins and K.O.S., podemos suponer que los jóvenes alumnos que la pintaron entablaron también una importante relación con el personaje de la niña de Lewis Carroll. Con doce años, Annette Rosado, otra participante del taller, vio en Alicia a la niña enfadada a causa de los abusos sufridos por otras niñas. Tanto es así que, después de haber pintado una Red Alice perteneciente a la misma serie que comentamos, creía a ese personaje «capaz de saltar fuera de la pintura para luchar». La habilidad para estar dentro y fuera del cuadro, como objeto de la representación y como sujeto que la realiza o la contempla, se cuenta entre los logros más destacables de la pintura moderna. Del mismo modo, los jóvenes autores que integran Kids of Survival se incluyen en sus obras a través de figuras emblemáticas sacadas de narraciones y mitos. Así, La letra escarlata, de Hawthorne, o La roja insignia del valor, de Stephen Crane, son títulos que, al trabajarlos, han dado pie a subvertir la humillación y la estigmatización social para convertirlas en un signo de orgullo y de identidad pública.
Gold Alice I presenta una superficie casi totalmente cubierta de hojas doradas, a excepción de un estrecho margen alrededor de la tela que permite descubrir la capa inferior, recubierta a su vez con las hojas del libro Alicia en el país de las maravillas. La ocultación parcial del texto produce el efecto de un monocromo. En cierto modo, la riqueza de la narración queda reducida a una presentación densa y simple a la vez, sin disimular, no obstante, que tras el aspecto de una pintura moderna se encuentra algo que requiere una percepción distinta. Si el monocromo invita a contemplar sin incurrir en detalles, el texto requiere una lectura detenida. La colisión de estas modalidades de percepción se presenta jerarquizada por la impresión eminentemente visual del color y la luz que desprende el recubrimiento dorado. La apariencia es una, y el contenido es otro. Todo lo que ha hecho posible la obra, es decir, la lectura y su discusión, queda oscurecido por el resultado de la pintura.
Puede decirse que este cuadro funciona como una alegoría. La imagen que vemos no hace más que encubrir otra imagen. Esta forma de interpretarlo sugiere que las pinturas de Tim Rollins and K.O.S. se ofrecen principalmente a la mirada. Sin embargo, ha habido críticos que han recriminado a este trabajo el hecho de parecer excesivamente bello, apaciguado y formalista. Tim Rollins ha respondido a esos críticos asegurando que, con esas acusaciones, no hacen más que confinar a sus autores a un mundo de violencia social. De acuerdo con esos críticos, la injusticia que representa K.O.S. debería traducirse estéticamente en imágenes políticamente incorrectas. Por este motivo la reivindicación de la belleza como resultado de un proceso de trabajo colectivo es un componente decisivo para Tim Rollins and K.O.S.; de este modo se establece una diferencia genuina con otras formas de arte político que han repudiado el formalismo como signo de su propia politización.
En Gold Alice I hay cosas para ser vistas y otras para no ser vistas, sino leídas. Llevando esta afirmación un poco más lejos podemos añadir que, entre las cosas que están para no ser vistas, se encuentra una gran ampliación de Alicia que fue pintada sobre la tela y después tapada con las hojas del libro, a su vez recubiertas con las hojas doradas. Esa Alicia que está pero que no puede ser vista ha quedado atrapada en la propia génesis de la pintura.