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Plano curvo / Figura XI
Título original: Curved Plane / Figure XI
1995
Acrílico y lápiz negro sobre tela
Medidas: 274,5 x 550 cm
Referencia: ACF0038
A mediados de los años setenta aparecen todos los elementos que definirán la obra de Mangold durante las dos décadas siguientes. Como el mismo artista ha enumerado, se trata de: «1. Una forma o un contenedor curvo; 2. una figura interior, dibujada; 3. una superficie de color, generalmente aplicada con un rodillo, y 4. el uso frecuente de paneles múltiples para estructurar la obra». Estos elementos son, efectivamente, los que componen la obra Plano curvo / Figura XI, la última de una serie de gran formato que Mangold realizó entre 1994 y 1995 con mitades o secciones de círculos, elipses dibujadas con grafito negro y diferentes colores planos en cada uno de los paneles que la forman. A partir de la serie «Elipse / Marco» que el artista pintó entre 1987 y 1989, la figura de la elipse se convirtió, con diferentes desarrollos, en una constante de su obra. En el título de esta obra de la Colección -que, como todos los de este autor, es una descripción precisa- la separación entre el plano curvo y la figura indica la oposición entre la superficie plana pintada y la ilusión de profundidad que generan los dibujos de las elipses que el artista sitúa entre los paneles de distintos colores, como si no hubiese ninguna separación. Finalmente, la ilusión propia de la pintura que Mangold evitó durante tanto tiempo se ha convertido en su recurso más brillante. Efectivamente, con la serie «Plano curvo / Figura» Mangold asumió nuevos riesgos, dando lugar a una mayor complejidad expresiva: si en los trabajos anteriores la elipse funcionaba como elemento constructivo, aquí se libera de toda sujeción estructural y activa asociaciones figurativas y decorativas. Además el artista, con esta obra que finaliza la serie, evoca el aura de la pintura al fresco del Renacimiento mediante las connotaciones arquitectónicas del contorno semicircular de la parte superior de la obra, y también el específico tratamiento de su superficie a base de superposiciones de capas de color de tonalidades diferentes. Mangold, finalmente, nos redescubre la esencia de la pintura remitiéndonos a valores estéticos de belleza y monumentalidad, y nos plantea un interrogante sobre la atemporalidad del arte y la vigencia de la pintura.