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Sino 38
1992
Acrílico sobre tela
Medidas: 250,3 x 250,3 cm
Referencia: ACF0027
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La serie «Sino» fue iniciada con la imagen de un esqueleto y una flecha en Sino 1, simbolizando probablemente que caminamos hacia la muerte. Este cuadro nos ayuda a interpretar todos los cuadros posteriores de la serie. En este caso, nos encontramos ante una suerte de mandala particular que es, a su vez, un espacio astral o cósmico. Un agujero negro, de inspiración budista, que se devora a sí mismo por el centro, donde vemos una espiral o ruleta universal que lo engulle todo. Se trata de una particularísima visualización del adagio No somos nada. Vemos un incendio gestual, rojo, amarillo y anaranjado, sobre unas montañas cuya iconografía es probablemente tibetana. En ese torbellino que da vueltas sobre sí mismo aparecen signos característicos de esta época, moscas en la parte superior izquierda, manos a la derecha, una forma malva -emblema probable de las formas posibles- y bindus amarillos -algunos con bigotes-, representaciones herméticas de la energía en transformación, en ese caos matérico y opaco.

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