Pepe Espaliú
España, 1955
España, 1993
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Córdoba pronto se le quedó chica a Pepe Espaliú, que marchó en pos de otros aires y referencias culturales a Sevilla, y desde allí a Barcelona, puente con Europa en tantas cuestiones durante los años aciagos del franquismo. París fue su siguiente destino, y aquellos fueron tiempos de descubrimiento del psicoanálisis, de asistencia al famoso Séminaire que impartía Jacques Lacan y de afianzamiento de su homosexualidad mediante la lectura, entre otras, de las obras de Jean Genet. El retorno a España, a mediados de los ochenta, lo hizo desde la atalaya de la corresponsalía de la revista Figura en París y, sobre todo, con el convencimiento de que había llegado la hora de plasmar en la pintura su inmenso universo de luces y sombras. Alma máter de la galería La Máquina Española, que dirigió José Cobo –primero en Sevilla y después en Madrid–, Espaliú encabezó en un principio una generación de artistas andaluces para emprender, con el tiempo, una andadura propia en la escultura, provisto de un bagaje cultural e intelectual infrecuente en nuestros lares. Londres, Ámsterdam y Nueva York fueron ciudades donde pudo verse su obra, malograda por la llegada del sida. Tuvo tiempo, sin embargo, de ver nacer The Carrying Society para concienciar a la sociedad sobre dicha enfermedad, y de protagonizar una de las acciones mejor logradas del arte español contemporáneo en las calles de San Sebastián y Madrid. Murió en 1993, en su ciudad natal.
Juan Vicente Aliaga