Vik Muniz
Brasil, 1961
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Vik Muniz (São Paulo, Brasil, 1961) es, junto con Ernesto Neto –también representado en la colección y con quien compartió el pabellón de Brasil en la Bienal de Venecia de 2001–, uno de los más conocidos artistas brasileños de su generación, aunque vive desde finales de los ochenta en Nueva York, donde se trasladó tras estudiar Publicidad en la Fundación Armando Álvares Penteado de su ciudad natal. Sus primeras obras fueron escultóricas, y la documentación fotográfica de las mismas lo empujó a conocer este medio, que entonces empezaba a entrar en las galerías de arte. Muniz es uno de los máximos exponentes de la llamada fotografía construida, pues «fabrica» la realidad a partir de la cual crea sus imágenes. Reproduce con materiales cotidianos escenas extraídas casi siempre de la historia del arte o de los medios de comunicación, que son reconocibles para el espectador, lo que le permite emplear sustancias extra-artísticas sin impedir la lectura de las imágenes.
Su trayectoria se estructura en series en las que ha ido experimentando con alambres, azúcar, hilos, chocolate, mermelada, alfileres, recortes de papel, muñecos de plástico... Su trabajo es muy popular; su exposición en el MAM de Río de Janeiro (2009) fue la segunda más visitada en la historia del museo, después de la de Picasso. En España se conoce bien a través de varias exposiciones en la Galería Elba Benítez, y de sucesivas presentaciones en el Patio de Escuelas de la Universidad de Salamanca (2000), el Espai 13 de la Fundación Joan Miró (2002), el CGAC (2003), la Fundación Telefónica (2005) y el CAC Málaga (2012). Cada nueva serie explora diferentes temáticas, a la vez que desarrolla las posibilidades del nuevo material plástico. Crowd at Coney Island pertenece a la serie «Pictures of Papers», que retrata composiciones hechas con trozos de papel recreando famosas imágenes de la historia de la fotografía en el siglo XX. Esta obra está basada en una instantánea del fotoreportero Weegee, activo en Nueva York en los años treinta y cuarenta. A partir de un fondo negro, acumula capas de papel recortado en diversas tonalidades de gris hasta llegar a los destellos, en blanco. Como en otras obras de Muniz, hay un gran salto de escala respecto a la imagen original.
Elena Vozmediano