Vanessa Beecroft
Italia, 1969
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Formada en Italia, ha desarrollado su trabajo desde Los Ángeles, Estados Unidos, donde vive y trabaja desde finales del siglo xx. Performer, videoartista y pintora, es sobre todo conocida por las imágenes fotográficas de sus performances, realizadas siempre con gran número de participantes, muy a menudo mujeres en ropa interior, desnudas o con attrezzos simbólicos, y con hombres en uniforme. En estos primeros trabajos con una gran cantidad de modelos, tiene una enorme importancia la puesta en escena y el lugar donde se desarrolla la performance: desde museos hasta barcos militares. Especialmente importante es, por su carga simbólica, la vestimenta y puesta en escena de los modelos, más allá de su valoración erótica o estética, que mantiene un valor conceptual oscilando entre el cuerpo desnudo y la parafernalia militar, entre la fragilidad de la ropa interior, la semidesnudez y los colores crudos, así como las transparencias que refuerzan la idea de vulnerabilidad de los cuerpos.
Las fotografías de estas performances tienen un objetivo documental, aunque también actúan como obras de arte autónomas. Relacionada con frecuencia a la imagen publicitaria o de moda, muy al contrario y a pesar del uso de cuerpos desnudos y de su provocativa puesta en escena, sus obras utilizan el cuerpo como un material constructivo, alejado de cualquier intención sexual.
Desde el inicio de la década que abre el siglo XXI, su obra se teatraliza aun más dramáticamente y comienza a relacionar sus escenografías con la pintura clásica, sobre todo con la pintura y la imaginería religiosas. Su trabajo se llena de crucificados y en especial de madonas y vírgenes que portan simbólicamente dos niños. A esta época pertenece la obra Black Madonna with Twins, que tiene una réplica en la pieza White Madonna with Twins (ambas del 2006) y en la que una mujer blanca, de pie, sostiene a dos niños negros entre sus brazos. Es en esta época cuando viaja a Sudán, cuya situación social la impacta fuertemente y marca su trabajo posterior.
Desde su formación en Milán, Beecroft desarrolla un trabajo conceptualmente muy influido por las relaciones de lo cotidiano y lo simbólico, en especial a través de la figura humana, presente en toda su obra, y, en contra de lo aparentemente superficial que pueda parecer alguno de sus trabajos, la vertiente dramática se acrecienta con el paso de los años en el desarrollo de unos tableaux vivants que prolongan aspectos simbólicos y religiosos.
Rosa Olivares