A los trece años se trasladó con su familia a Canadá, donde fijó su residencia y realizó estudios universitarios en la Université Concordia de Montreal. Desde sus primeros trabajos, a finales de los años setenta, la presencia del cuerpo ha sido un elemento fundamental de sus obras, presencia que se intuye o se adivina, pero que no es explícita; el cuerpo en sí mismo no es el objeto de atención, sino que la artista se servirá de él de forma metafórica. Mediante el cuerpo, Jana Sterbak ha reflexionado sobre los límites físicos que nos impone nuestra propia experiencia. Su formación, una combinación de la herencia cultural familiar checoslovaca, ligada al régimen comunista, con el racionalismo capitalista de Canadá, le ha permitido adoptar una irónica distancia frente a los valores sociales y sus respectivos códigos. Así, en sus performances, instalaciones y esculturas siempre aparece la tensión característica que subyace en todo lo humano: la tensión entre los deseos de libertad o utopía y las limitaciones con las que construimos esos mismos deseos.