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Perejaume estudió historia del arte en la Universidad de Barcelona, y empezó a exponer en 1978. Desde muy temprano su obra se situó en una frontera ambigua entre las artes visuales y la escritura, característica que se ha mantenido a lo largo de toda su carrera. Prueba de ello son los numerosos ensayos que ha publicado. En títulos como Ludwig Jujol
(1989) u Oïsme(1998), ha planteado problemas de orden contemporáneo sobre la falta de correspondencia entre la percepción del espacio geográfico y el cultural. Sin embargo, para discutir temas tan actuales Perejaume adopta retóricas marginales y arcaizantes, como, por ejemplo, evaluar a través del paisajismo catalán del siglo XIX los efectos de las vanguardias artísticas del siglo XX. De estos textos han surgido varios métodos sui generis que se reflejan en su propia práctica artística, como si las obras no fuesen más que una comprobación paciente del método que el mismo artista se ha impuesto. «Collage», «pesebrismo», «despintura » y «oísmo» son los métodos más destacados. La variedad de medios empleados en su obra, tales como la pintura, la escultura, la instalación, el vídeo, el teatro, la escritura e incluso el excursionismo, se combina con su interés por investigar la pintura y el paisajismo desde perspectivas poco ortodoxas. Ambos temas aglutinan la totalidad de sus actividades como referentes temáticos. Así, el trabajo de Perejaume examina los efectos de la representación diseminando la pintura en un sinfín de medios. La primera retrospectiva de su trabajo tuvo lugar en 1999 en el Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona; el título de esa muestra, «Dejar de hacer una exposición», aludía a su interés por acercar la producción del arte, y las imágenes en general, a un régimen ecológico.
Carlos Guerra
