Nacido en Bilbao (1971), Aitor Ortiz es un artista cuya obra trabaja el espacio en relación con la arquitectura y a partir de la fotografía. Usando técnicas analógicas y digitales, Ortiz proyecta en sus construcciones fotográficas espacios fuera de un tiempo o lugar determinados, que son activados por diversos elementos arquitectónicos. A partir de ahí se establece un juego de diálogos y relaciones entre los factores propios a la imagen –forma, composición, luz– que trasciende el marco para incluir elementos como son el volumen y el espacio del espectador y devenir, en última instancia, arquitectura. Su obra se articula en series, un método con el que explora los diferentes registros de una idea. «Destructuras», a la que pertenece Destructuras 069, es una serie de fotografías en blanco y negro que retratan edificaciones que pertenecen al catálogo de la arquitectura global contemporánea. Ahora bien, la serie se concentra en el elemento estructural: se trata de una reducción del edificio al esqueleto, a la retícula geométrica sobre la que descansa. En estos retratos de estructuras abstraídas y deshabitadas, la tensión reside entre la monumentalidad de las construcciones y su confrontación con el horizonte en el que se inscriben. Con «Modular» aumenta la abstracción y el dinamismo. La cámara se acerca al hormigón para captar sus texturas, los remaches del encofrado, los pliegues del muro, la imponente materialidad. La acción la introduce la modularidad de las 28 fotografías de esta serie, que pueden combinarse entre sí produciendo ángulos y yuxtaposiciones: la fotografía salta del muro para producir nuevos volúmenes y relaciones. Le siguen «Millau», una serie realizada sobre el viaducto de Millau, en el sur de Francia, que reflexiona sobre el contraste entre la obra de ingeniería y su entorno natural; «Muros de luz», cuyas entradas de luz en la cantera de mármol negro de Marquina invitan al espectador a habitar espacios mentales tallados en la piedra; «Espacio latente», en el que el volumen de las formas arquitectónicas deviene tema y forma, ahondando en la tridimensionalidad de la imagen que es ya plena en «Amorfosis», serie en la que la fotografía desborda su dimensión tradicional para expandirse en el espacio y, literalmente, construirse.