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Retablo
Título original: Retaule
1997
Óleo sobre madera
Medidas: 9,5 x 15 cm 11,5 x 12 cm 11,8 x 15,8 cm 20 x 20 cm 15 x 9,5 cm 9,6 x 15 cm 16 x 12 cm 9,3 x 15 cm 11,5 x 15,8 cm 16 x 21,5 cm 9,8 x 15 cm 10 x 15 cm 15,1 x 10 cm 10 x 15 cm 13,3 x 13,5 cm
Referencia: ACF0714
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Este conjunto de quince pinturas de pequeño formato reúne algunos de los temas recurrentes en la trayectoria de Perejaume. El carácter narrativo de esta pieza se ve reforzado por su apariencia lineal, como si se tratase de una frase que hilvana diferentes temas. Entonces, leída de izquierda a derecha, la frase se inicia con la identificación del espacio teatral y el museo como lugares donde se alojan las representaciones. La quinta pintura desde la izquierda señalaría la transición entre esos dos espacios, descubriendo, tras unos espesos cortinajes, pinturas y molduras amontonadas. Tampoco podemos dejar de ver este retablo como una concentrada pinacoteca en la que se acumulan imágenes. Aunque, como es habitual en el trabajo de Perejaume, el museo que se representa en ella aparece amenazado por el exceso de las mismas. Son tantas las pinturas que guarda, que el museo se ve saturado e inundado. El desbordamiento de la pintura queda reflejado en tablillas como la décima del conjunto, en la que un mar embravecido se subtitula con una leyenda que dice así: «La pintura contra el mundo». Una vez en la pinacoteca, la ambigüedad se apodera de los paisajes que cuelgan de la pared. La constante confusión entre representación y realidad puede encontrarse también en otra leyenda que aparece bajo la imagen de un individuo dieciochesco: «De cómo en las manos de Verdaguer el Pirineo se convirtió en un hilo de tinta». Del mismo modo, en la tercera de las tablillas empezando por la derecha aparece una ilustración del motivo clásico que confunde la ventana y el cuadro. Otra modalidad de transición entre representación y realidad es la que protagoniza el marco de la pintura. Así, en la penúltima de las tablillas, la moldura dorada irrumpe como una prolongación del mismo relieve montañoso que enmarca. Molduras y montañas son equiparadas como relieves continuos. En suma, Retaule encadena y superpone imágenes de procedencia muy variada, incluyendo así mismo códigos visuales dispares. El carácter fragmentario y autónomo de cada episodio queda disuelto en un rico y complejo ensayo visual, el cual, en tanto que ensayo, también incluye citas. La duodécima tablilla imita lo que sería el fragmento de un verdadero retablo gótico. Si al principio de su trayectoria Perejaume recurrió con frecuencia al collage, ahora emplea el retablo como estructura compositiva y narrativa que permite extraer sentido de lo diverso.

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