La mirada a las formas estéticas no occidentales ha marcado de forma decisiva determinados momentos de la historia del arte contemporáneo. Desde Picasso hasta Matisse, desde Henry Moore hasta Brancusi, en períodos de crisis de los valores formales y existenciales, los artistas han fijado su atención en «otros» paradigmas y modos de representar el mundo. Con el propio título, esta obra se inscribe ya en esa relectura de una cultura estética ajena, aunque al mismo tiempo reconocible. La máscara, tan importante en la tradición africana, es aquí reinterpretada desde un punto de vista abstracto, como un retrato cubista que atraviesa hacia atrás siglos y siglos, kilómetros y kilómetros, y regresa a los ojos del espectador como una especie de puente que comunica épocas distantes.