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Sin título
1985
Esmalte sintético sobre plancha de hierro
Medidas: 280 x 350 cm
Referencia: ACF0257
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Esta pintura –que fue presentada por primera vez en la sala de exposiciones de la Fundación ”la Caixa” de Madrid– pertenece a la serie «Arthur Rimbaud au Harar», que Enzo Cucchi realizó en 1985, rememorando el viaje a Abisinia del poeta francés Arthur Rimbaud para instalarse en la ciudad de Harar y pasar allí los últimos años de su vida. Esta experiencia de Rimbaud, marcada fundamentalmente por su silencio literario y por su incapacidad para volver a ser el poeta radical y avanzado que había sido, se convirtió, a lo largo del siglo xx, en referencia para muchos artistas y a la vez en metáfora de la dificultad que implica afrontar el acto creativo. A fin de recoger todos estos aspectos se organizó la exposición «Rimbaud et les artistes du xxe siècle», presentada en el Musée Cantini de Marsella en 1991-1992, para la cual se seleccionó esta obra de Cucchi. Esta misma pintura fue el punto de partida de la pequeña muestra «Arthur Rimbaud / Enzo Cucchi. Caravanes de relats», realizada en el centro cultural de la Fundación ”la Caixa” de Vic en 1995, en la cual se fundían las experiencias de ambos creadores. A lo largo de 1985 Cucchi realizó una serie de pinturas a partir de la experiencia africana de Rimbaud. Sin olvidar el mito literario del poeta, sus andanzas a través del desierto con las caravanas de mercancías que se desplazaban por la zona del golfo de Adén fueron para Cucchi un motivo crucial para reflexionar pictóricamente sobre el paisaje desértico, sobre el clima sofocante de la zona y sobre temas tan sugerentes como la muerte y el silencio. Tras unos años en los que su pintura había estado fuertemente enmarcada en los trazos fundamentales de la transvanguardia italiana –es decir, una figuración de fuertes volúmenes en la que ya aparecía el paisaje como soporte y a la vez como motivo para experimentar todo tipo de nuevas aportaciones matéricas–, en esta serie Cucchi se despoja de toda anécdota para centrarse plenamente en el tema del paisaje y tratar de reflejar las enormes extensiones desérticas por las que se había desplazado Rimbaud durante más de diez años, y que el propio poeta había descrito como «algo parecido al horror presumible de los paisajes lunares». En esta pintura Cucchi ha compuesto una «caravana de cráneos», retomando un tema importante en su obra, la presencia de la muerte, manifestado a través de una imagen arquetípica como el cráneo. Los cráneos emulan en su disposición a una caravana transitando por el desierto –como ocurre en otra pintura de esta misma serie en la que los cráneos han sido sustituidos por pequeños camiones–, pero al mismo tiempo se convierten en metáfora del tiempo transcurrido. El tratamiento del soporte pictórico, que en este caso es una plancha de hierro, permite al artista lacerar el material y mostrarnos un paisaje torturado por el calor, denso, de un rojo brillante, vacío y silencioso como las rutas por las que transitara el poeta.

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