Lightbox

Volver

Astrolabio para el norte de la tempestad

Juan Muñoz

1985

Hierro

Medidas: 90 x 40 x 40 cm

Referencia: ACF0220

Imprimir ficha

Añadir a Mi Colección

En estas dos obras de la primera etapa del artista están presentes tanto los intereses de la investigación artística característica de principios de los años ochenta –el retorno a la figuración, la representación de lo humano a través de lo doméstico– como ciertos elementos e intenciones que serían fundamentales en el trabajo de Juan Muñoz, por ejemplo, la tensión presencia-ausencia o la idea de obra como construcción de una pesquisa intelectual. Astrolabio para el norte de la tempestad es la estilización de una cúpula sin paredes, abierta y expuesta al exterior, que muestra sus nervaduras y la escalera de caracol de su interior. La desnuda estructura arquitectónica cuelga del techo, pero no por su eje vertical, sino por un lateral, por lo que tiende a girar sobre sí misma. En su parte inferior, una navaja –elemento que el artista volverá a utilizar en otras obras–, medio abierta, parece actuar a la vez como contrapeso estabilizador y como aguja imantada en busca de ese «norte de la tempestad» del título. En la segunda obra, Para el norte de la tormenta III, perteneciente al mismo grupo de trabajos en hierro, un pedestal sostiene un cerco cuadrado del que pende un torno, alrededor del cual hay una llanta articulada. Si girásemos la manivela obtendríamos un continuo y sonoro movimiento rotatorio de la llanta de metal. Reminiscencia tanto de una rara bitácora como de una especie de pozo clausurado, la pieza combina de forma extraña una densa inmovilidad con la inminencia de una acción. Aunque no aparece en ninguna de las dos esculturas, la figura humana se hace evidente –como en las características series de balcones y pasamanos que Muñoz realizaría más adelante– por las referencias antropomórficas (la escalera, la navaja, la manivela; elementos que remiten al cuerpo) y culturales (el astrolabio como imagen mental del mundo, la idea de lectura implícita en la búsqueda del norte…).

Armando Montesinos