Se trata de una obra que mezcla elementos iconográficos procedentes de distintos cuadros de dos grandes pintores españoles. En un primer término, Goya, con el grupo de personas aterradas, una pequeña multitud informe, de rostros fantasmagóricos, salpicada de forma gráfica por tres claveles de un rojo reventón y el elemento anacrónico de un brazalete con la bandera de España. Por otro lado, Picasso, a partir de la dramática bombilla del Guernica (1937), insertada aquí como si se tratase de un elemento pop.