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Seis higos chinos
Título original: Six figues xines
1997
Técnica mixta sobre tela
Medidas: 200 x 200 cm
Referencia: ACF0706
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En París, a principios de los años ochenta, Miquel Barceló inició una significativa serie de naturalezas muertas que constituyen verdaderas telas de experimentación de la materia pictórica. Fascinado por la obra de Jackson Pollock y Cy Twombly, trabajó con la tela en el suelo, desplazándose por la obra con una gran libertad de ejecución, «hasta confundir el norte y el sur, dando vueltas sobre el cuadro y dentro de él, un espacio de lectura múltiple, de torbellino». A finales de la década de los ochenta, después de una estancia en Nueva York, los aspectos más autobiográficos de la obra de Barceló desaparecieron y el espacio expresionista y matérico se volvió más esencial y reflexivo, los colores se depuraron, y la materia y la luz se concentraron en la búsqueda de la transparencia y la opacidad, en la tensión que se establece entre lo que es visible y lo que es invisible. En los noventa, sin embargo, Barceló recuperaría las formas del expresionismo más crudo de sus primeras obras con el uso de una abundante materia en retratos y naturalezas muertas. La obra Six figues chines (1997) nos habla de la materia orgánica que incorpora el tiempo, y por lo tanto el cambio, en su esencia, y se convierte en metáfora del diálogo que el artista establece con su entorno cotidiano. Inmerso en la pintura y seducido por la tensión dinámica del gesto cargado de materia, este poeta de paisajes interiores elabora espacios de reflexión de una pasión desbordante.

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