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Ámame y abandóname y déjame estar solo
Título original: Love Me and Leave Me and Let Me Be Lonely
1989
Madera, alambre, papel pintado Gober, papel maché y espejo
Medidas: 183 x 76,5 x 80 cm
Referencia: ACF0691
Esta obra fue creada en la época en que Martin Kippenberger experimentaba con conceptos híbridos entre la pintura y la escultura, una característica siempre presente en su carrera, pero desarrollada con mayor énfasis tras el afianzamiento de su reputación internacional, especialmente como pintor, que tuvo lugar durante la década de los ochenta.
La pieza consta de una estructura de madera pulida cuya forma se asemeja a la de un colchón de agua situado en vertical, y que funciona como soporte de algunos elementos gráficos y objetuales. Ambos lados de la estructura están cubiertos por el conocido papel pintado diseñado por el artista norteamericano Robert Gober con los dibujos seriados de un hombre blanco en una cama y un hombre negro ahorcado en la rama de un árbol. Además, unos rodillos de cocina para amasar cuelgan de unos alambres tendidos sobre la estructura de madera, que por el otro lado sostienen un busto de ciervo, colocado boca abajo, hecho en papier maché y recubierto con trozos de espejo.
En esta obra, el universo personal del artista se materializa en su habitual interés por la alegoría, por la asociación -a veces aparentemente ininteligible- de objetos y signos. Jutta Koether ha señalado que «no se pueden entender los objetos de Kippenberger… Siembra palabras y suscita conflictos». Kippenberger propone una mirada no sometida a la lógica de la percepción habitual, y exige por parte del espectador un esfuerzo para deshacerse de los recursos ordinarios y de los códigos asentados de interpretación artística, como ya en su momento hicieran el dadá o Joseph Beuys. De entrada, por ejemplo, esa interpretación «asonante» se extiende también al concepto mismo de «autoría» », al incorporar o «apropiarse» la obra de otro artista, en este caso los dibujos en papel pintado de Robert Gober ya mencionados.
La voluntad de Kippenberger es materializar desórdenes que sean capaces de reinterpretar los órdenes establecidos, tanto de las reglas sociales como de la manera en que apreciamos un objeto artístico. Y, para ello, él mismo se propone como «conector o desvelador» de tales realidades, sacando a la luz su estado desde un punto de vista estrictamente individual, pero susceptible de ser comprendido si se utiliza la frecuencia adecuada a cada momento. «No tengo ningún estilo. Mi estilo es donde ves a un individuo, cuando una personalidad se comunica mediante acciones, objetos individuales y hechos, y todo ello forma una historia », comentó el artista en una ocasión.
En Love Me and Leave Me and Let Me Be Lonely, Kippenberger parece dar pistas sobre una visión de la sociedad; la naturalización (colchoneta, hombre blanco dormido, papel de pared) de la tragedia producida por dicha sociedad contrasta con la realidad rotunda de sus efectos (ciervo boca abajo y cristalizado, hombre negro ahorcado). Kippenberger, no obstante, no ofrece en ningún momento la clave para unificar con claridad una narración de la que él mismo es aparentemente consciente, sino que deja al observador la responsabilidad de reconducir sus propias posibilidades de interpretación.