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El tiempo se oye por la oreja derecha
1988
Acrílico sobre papel y madera
Medidas: 156,5 x 250 cm
Referencia: ACF0391
Entre 1983 y 1984, Gordillo realiza una serie de pinturas a las que titula «Gruyère», numerándolas con letras. El punto de partida es un «dueto» (titulado precisamente Gruyère A), y la serie se va a servir de esta estructura doble. En estos trabajos Gordillo utiliza por primera vez de manera constante una retícula de fondo uniforme, que sirve para que en el primer plano aparezcan otras figuras y elementos, estableciendo algo así como un motivo plástico común que da unidad a las diferentes obras. Una trama de puntos blancos «agujerea» superficies negras, lo que permite establecer una cierta profundidad aunque las tensiones de la retícula se mantengan, por lo general, en una tónica de plano.
El tiempo se oye por la oreja derecha pertenece a una serie cuyo principio de unidad formal está también determinado por una retícula. Esta estrategia empezará a ser algo bastante habitual desde entonces, permitiendo cada vez más un juego de profundidad contrapuesto a valores planos.
La retícula se convertirá en un elemento básico del cuadro, organizando el ritmo de la pintura y las tensiones entre efectos ópticos abstractos y formas de raíz representativa o figurativa.
En este caso, la retícula está formada por un gesto que tiene una cierta corporeidad, y que a su vez dota de un especial relieve a las formas que se asientan sobre ella: por un lado, en la parte izquierda del cuadro, una forma corpórea que evoca de manera imprecisa algo objetual; por otro, en la parte derecha, diversas formas de la misma textura que la retícula, que se recortan sobre una superficie blanca que actúa como un doble fondo.
En cierto modo, este cuadro mantiene una estrecha relación con el clima de los «meandros», pero aquí el fondo es muy enérgico y no ofrece un efecto de mapa o de plantilla, sino algo más temporal, casi musical, como una vibración sostenida.
En numerosas ocasiones se ha aludido a la importancia de lo musical en la pintura de Gordillo, como metáfora tanto de estructuras y contraposiciones como de linealidad argumental o de ritmos. A ello habría quizá que añadir la vibración formal y de color, otra metáfora de índole musical. El sonido como vibración y reverberación parece estar presente en esta obra, así como en otras paralelas a las que la une una misma estructura reticular, tales como En la barriga del lobo feroz, En forma de fábula o Condensaciones, todas ellas realizadas en 1988.
Hay que señalar que, en la escena internacional, la utilización de fondos seriados ha sido una práctica habitual en algunas orientaciones de la pintura abstracta más sensibles al legado de la apropiación pop, que ha sido definida como pattern painting. Sin embargo, en el caso de Gordillo, cuya sensibilidad pictórica podría asociarle a esas tendencias internacionales, el recurso a las retículas responde más específicamente a la necesidad de crear fondos que se nutren con sus propias constantes gestuales y formales, sobre los que se integren de manera más fluida otros argumentos.