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Sodoma y Gomorra
1989
Fotografía, madera, cera y azufre
Medidas: Total: 200 x 262 cm Fotografía: 180 x 100 cm Pintura: 180 x 100 cm Puerta: 200 x 62 cm
Referencia: ACF0167
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La muerte y la resistencia que frente a ella pueden ejercer las imágenes o el arte es un tema que recorre como una obsesión toda la obra de Pedro G. Romero: «El trabajo del arte, la parte de esa tradición artística que a mí más me interesa, es el de constituir imágenes. Construir algunas imágenes. Detener imágenes. Esa ilusión, fundamentalmente contra el tiempo que no permite que nada se detenga, es el trabajo del artista». Es parte del trabajo del artista en un sentido histórico, es decir, la construcción de imágenes contra el paso del tiempo y que muestran los límites de nuestra existencia recorre buena parte de la tradición artística española. Pedro G. Romero es un artista que recoge tanto el legado de la pintura del Siglo de Oro como la tradición imaginera y festiva española en una formulación artística contemporánea. En otras ocasiones ha recurrido a tradiciones como la «mascletá» valenciana, usándola como un elemento metafórico, o ha intentado reconstruir con imágenes una historia de la transición española. En Sodoma y Gomorra ha utilizado tres imágenes que son lo que él denomina «conceptos formales»: la explosión (en concreto, la seta formada por la bomba atómica), el aura y la puerta. Estos tres elementos funcionan de manera metafórica, como imágenes que remiten a conceptos o ideas. La bomba se refiere directamente al hecho de vivir en una época bajo la conciencia o la presencia de la posibilidad de una destrucción absoluta. El aura remite al concepto de Walter Benjamin y su especulación sobre esa cualidad que pierden las obras en la era de la reproductibilidad técnica. En el caso de Pedro G. Romero, el uso del aura se convierte en una reivindicación frente la teoría de Benjamin: la reivindicación del arte como generador de imágenes con capacidad de trascendencia. Y finalmente la puerta, quizá el elemento con más carga metafórica por cuanto se refiere a la idea de tránsito; con la puerta se resume tanto la idea de estar encerrado como la posibilidad de abrirse hacia nuevos espacios. Pedro G. Romero construye su obra con una mecánica similar a la del collage: una serie de imágenes aparentemente disímiles aparecen yuxtapuestas, a fin de que el espectador pueda reconstruir su sentido. En Sodoma y Gomorra, ese sentido tiene que ver con las preocupaciones básicas que el artista ha mostrado a lo largo de su trayectoria: la presencia de la muerte y la destrucción y la capacidad del arte para generar imágenes capaces al mismo tiempo de transmitir esa inquietud y de pasar por encima de ella [superarla].

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