Abraham Cruzvillegas
Méjico, 1968
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Abraham Cruzvillegas es un artista conceptual nacido en Ciudad de México en 1968. De formación autodidacta, su obra se centra en recursos artesanales y aprendizajes técnicos derivados de determinadas formas de vida tradicionales ligadas a su biografía. Su experiencia personal ha dado lugar a un proceso de trabajo en el arte que él mismo denomina «autoconstrucción». En este sentido, identificamos dos vivencias claves para el desarrollo de su práctica. Por un lado, la experiencia constructiva durante su infancia de la casa familiar en el barrio de Ajusco, en la zona sur de la capital mexicana, donde toda la familia construía con lo que encontraba sin conocimientos de arquitectura. Por el otro, el período de formación con su abuela viajando y conociendo las diversas comunidades del estado mexicano de Michoacán, una experiencia que le permitió descubrir el ámbito de la artesanía y las manualidades. Su obra se caracteriza, pues, por la acumulación improvisada e intuitiva de materiales y de objetos diversos que después dan lugar a esculturas e instalaciones próximas al espíritu de Fluxus, otro de sus grandes referentes. Un apuesta directa por el reciclaje de objetos en desuso para explorar más allá de su valor estético y para hallar nuevas posibilidades buscándoles una nueva practicidad. Una dinámica de autoconstrucción que Cruzvillegas traslada al ámbito artístico, incorporando los registros precarios y entusiastas de la arquitectura amateur que él conoció de niño, cuando la casa se iba configurando a lo largo del tiempo según posibilidades y recursos específicos, más por ingenio que por economía, sin llegar a tener nunca una formalización cerrada y definida. Una acumulación caótica y emocional donde la materia prima, por cuestiones circunstanciales, adquiere una nueva función creativa y casi simbólica.
Un buen ejemplo de todo ello es Empty Lot (2015), su intervención en la Sala de Turbinas de la Tate Modern de Londres, donde el artista mexicano creó una enorme construcción geométrica formada por 250 espacios triangulares llenos de tierra sin cultivar extraída de diferentes puntos de la ciudad británica, desde solares sin edificar hasta el Palacio de Buckingham. A partir de la incidencia de elementos básicos de la vida como la luz y el agua en ese conjunto ordenado de parcelas, se generó la posibilidad de que creciera algo de esa «nada». En definitiva, podemos afirmar que la producción de Cruzvillegas se basa en dos elementos fundamentales: la construcción de la identidad a partir del lugar de pertenencia y la esperanza —o supervivencia— mediante la reinvención de los materiales dentro de un contexto dominado por el capitalismo y el consumo. Su obra se ha visto en museos y eventos artísticos de todo el mundo, como por ejemplo la Bienal de Venecia, la Bienal del Mercosur, la Bienal de La Habana, el museo de arte experimental El Eco de Ciudad de México, el Walker Arte Center de Minneapolis, el Stedelijk Museum de Ámsterdam, el Art Sonje Center de Seúl o la Documenta de Kassel. Cruzvillegas sigue viviendo y trabajando en Ciudad de México.