John Bock
Alemania, 1965
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John Bock se crio en una granja remota de una región del norte de Alemania y estudió en Hamburgo, la capital alemana del teatro, para trasladarse pronto a vivir a Berlín. Autodefinido como artista y patafísico, realiza performances totales que se convierten en películas e instalaciones, produciendo universos surreales, heterodoxos y eclécticos, siempre volcados en la crítica social. Para John Bock los objetos son los captores de ideas fragmentarias que en ellos se retienen por un momento: su lenguaje y la forma de producir significado es inseparable de lo material. En sus inicios impartía conferencias disparatadas, apoyándose en diagramas derivados de la teoría social y el cientificismo. Más adelante, retomando formas de espectáculo del teatro de vanguardia, el Dadá y el Fluxus, así como del circo anarquista, inventó un formato único que fusiona interdisciplinarmente, moda, escultura, teatro, cine, política, filosofía, música, azar y performance, para cuestionar las limitaciones del arte para representar de forma compleja lo real. Con la ambigüedad de su apertura estructural, sus relatos se extienden por la salas en formas materiales que desafían las reglas tradicionales de la representación, como en Debajo de la mandíbula, el vacío (2011): la aparente mesa de despacho detrás de una cortina transparente y el color blanco aséptico simulan una funcionalidad que se convierte en parafernalia confusa a medida que el espectador descifra los objetos que la componen. Al mismo tiempo, el vídeo muestra una precaria disección con actores no profesionales y un decorado precario y expresionista, que desdice su apariencia de divulgación científica. Su trabajo ha recibido la atención de centros de arte en todo el mundo, destacando RED CAT en Los Ángeles, el ICA de Londres, o el MoMA de Nueva York. También ha participado en citas como la Bienal de Venecia (en la ediciones de 1999 y 2005), la Bienal de Sydney (2010), la Documenta 11 (2002) y la Trienal de Yokohama (2001).
Manuel Segade