Christopher Williams
USA, 1956
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El trabajo de Christopher Williams lleva al extremo la nueva condición de la fotografía en el arte conceptual, no como mera representación mimética, sino como objeto autónomo, pero lo hace dando una vuelta de tuerca a las enseñanzas de sus maestros, Douglas Huebler y John Baldessari. A Williams no le interesa tanto explorar las características intrínsecas del medio fotográfico ni su cuestionamiento paródico; al contrario, restituye su capacidad descriptiva y figurativa sobre el mundo de los objetos a la manera de un entomólogo, con la cultura moderna industrial y en especial la industria fotográfica como objeto de estudio.
El artista es consciente de que una imagen no constituye la expresión de un artista individual, sino la expresión de una cultura concreta, un cúmulo de circunstancias mediadas por numerosas cuestiones técnicas que tienen implicaciones sociales, económicas y políticas. La fotografía constituye una disciplina y una técnica fundamental en las narrativas de progreso de la modernidad, y no es ajena a sus consecuencias.
Las fotografías de Williams, acompañadas de largas leyendas técnicas que se aferran a las condiciones materiales y físicas de las cosas, y que en muchas ocasiones adoptan la apariencia de catálogo industrial, remiten siempre a una historia vinculada con el objeto pero que está fuera de la imagen. Para Williams «todo objeto que nos rodea es a la vez presente e identificable, pero es también representativo de muchas trayectorias históricas, economías y deseos que con tan solo rascar en la superficie puedes empezar a vislumbrar». El espectador interesado se ve obligado a reconstruir una intuición, como la que nos permite saber que los neumáticos Michelin, tan presentes en las fotografías de las revueltas parisinas de los años sesenta, están hechos con una goma procedente de Vietnam.
Con su continuo cuestionamiento de la representación, Williams quiere mostrar la imperfección, considerada tabú en gran parte de los géneros fotográficos. Podría interpretarse como un intento de pervertir la higienización que tiene lugar en la fotografía de moda a través del fallo, el truco o la imperfección de los modelos.
Desde el interior de la institución fotográfica, Williams celebra que hay múltiples factores que intervienen en la producción de una fotografía, cuestionando el concepto de autoría y poniendo de manifiesto la capacidad de la industria y su publicidad para manejar y definir nuestros deseos.
Núria Enguita