La obra de esta artista se dio a conocer en el ámbito español a principios de la década de los noventa, principalmente a raíz de su exposición, en 1992, en el Espai 13 de la Fundación Joan Miró de Barcelona, y de su trabajo con la galerista madrileña Juana de Aizpuru. A lo largo de esa década su obra se caracterizó por intentar destacar el lado lúdico de la vida, centrándose en lo que se ha denominado «cultura de club». Al principio de su trayectoria realizaba piezas aisladas, que enseguida se convirtieron en piezas seriadas. Paralelamente hacía fotografías en las que, en muchas ocasiones, ella misma era la modelo, entre las que destacan las realizadas en 1995 durante una larga estancia en Nueva York. En 1997 montó una gran instalación en la Sala Montcada de la Fundación ”la Caixa”, donde construyó una tienda de ropa que ocupaba todo el espacio expositivo. Para el proyecto Dance & Disco, en el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía (MNCARS) en el año 2000, convirtió la sala de exposiciones en un club que incluía una programación con actuaciones de DJs. La instalación como nuevo método de trabajo produjo un salto cualitativo en su obra, al mismo tiempo que iniciaba la colaboración con creadores de otros ámbitos como músicos o diseñadores de moda. Centrada en una revisión de la cultura pop y en un intento de definición de lo femenino contemporáneo, durante los años 2000 sus trabajos se han diversificado: ha colaborado en el diseño de tiendas de moda, ha creado la imagen gráfica de algunos músicos y ha producido diversas publicaciones. Desde finales de los años noventa ha participado en importantes exposiciones internacionales como la Bienal de Estambul (1997) o la Bienal de Venecia (en la sección internacional en 1999 y en el pabellón español en el año 2001). También ha desarrollado proyectos en el National Museum of Art, Architecture and Design de Oslo o en el Palais de Tokyo de París. En el 2008, el Museo de Arte Contemporáneo de Castilla y León (MUSAC) le dedicó un importante exposición monográfica.