Después de pasar su juventud en Vancouver, en 1932 Agnes Martin se trasladó a Estados Unidos, donde estudió magisterio en el Western Washington State College de Bellingham, posteriormente en la Universidad de Nuevo México de Albuquerque y finalmente en el Teachers College de la Universidad de Columbia, en Nueva York, donde realizó sus estudios de posgrado. Desde finales de los años treinta hasta 1953 se dedicó a la enseñanza, impartiendo su magisterio en distintas escuelas y universidades de Washington, Delaware, Nuevo México y Oregón. En 1950 recibió la ciudadanía estadounidense. Se estableció en Nueva York en 1957 y, un año después, realizó su primera exposición individual en la galería Betty Parsons. A finales de los años cincuenta, Martin empezó a pintar expresivas abstracciones geométricas, que en la década de los sesenta dieron lugar a sus refinadas y vibrantes retículas sobre fondos monocromos, compuestos con ligeras variaciones de tonalidad, que a partir de entonces caracterizaron su producción. Su obra se sitúa entre la abstracción de Mark Rothko y Barnett Newman y la sistematización de los minimalistas, aunque Agnes Martin, a diferencia de estos últimos, nunca renunció al componente emotivo y espiritual del arte. En 1967 Martin se trasladó a Nuevo México, donde vivió en distintas poblaciones, alejada del bullicio de la gran ciudad, hasta el final de sus días. Desde 1975 su obra se ha expuesto con regularidad en galerías y museos. En los años noventa su obra fue ampliamente reconocida. Destacan la exposición retrospectiva organizada por el Stedelijk Museum de Ámsterdam (1991) y la presentada por el Museo Whitney de Arte Americano de Nueva York (1992), que viajó a distintos museos norteamericanos y realizó una sola escala en Europa, en el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía de Madrid. En el año 2000 el Museo Whitney volvió a organizar una exposición que presentaba la obra realizada por Martin desde 1993. En 1997 recibió el León de Oro de la Bienal de Venecia por su contribución al arte contemporáneo, y en 1998 se le otorgó la Medalla Nacional de las Artes de Estados Unidos. Agnes Martin fue una artista incansable que siguió trabajando hasta una edad muy avanzada. Su pintura expresó con gran simplicidad el goce y la serenidad de una vida que profundizó en las ideas de verdad, belleza, inocencia y felicidad.