Rogelio López Cuenca
España, 1959
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Rogelio López Cuenca se dio a conocer en la década de los ochenta al tomar parte en la fundación del colectivo malagueño Agustín Parejo School, cuyas actividades influyeron en gran medida a toda una generación de finales de aquella década y principios de los noventa. En palabras de Mar Villaspesa, «Agustín Parejo School tenía una clara intención subversiva con respecto a los lazos que unen el arte, la sociedad y el mercado.» Los medios a través de los que se expresaban incluían las acciones, el arte postal, las casetes, los grafitos, las publicaciones y un buen número de manifestaciones diversas, difícilmente clasificables. En sus propuestas «dominaba una estética de descontento radical, de oposición activa y una empecinada vinculación al nivel de la calle». En este sentido, el interés de Agustín Parejo School por trabajar con cuestiones directamente locales (Málaga, Andalucía, el Magreb) abría lecturas críticas sobre la capacidad del discurso artístico para afrontar los retos de las políticas cotidianas si no está verdaderamente conectado con las realidades propias del espectador. En Agustín Parejo School, y más tarde también en la obra individual de Rogelio López Cuenca, los conceptos de periferia y diferencia se perfilan como agentes propios de una acción social permanente. Desde finales de los años ochenta, la actividad de López Cuenca se centra en la elaboración de un discurso semiótico «propio de una baja cultura» que le permite aunar la crítica a la iconización de la información pública, del signo poético y del objeto encontrado, con la reflexión sobre los espacios de significación en la cultura visual occidental, sometida a la esquematización y la dictadura del significado. Su obra abarca desde intervenciones gráficas en lugares públicos e institucionales hasta publicaciones, vídeos y obra bidimensional y gráfica, en las que la lingüística, la poesía visual y el juego alegórico de imágenes y palabras buscan despertar en el espectador nuevas interpretaciones respecto al lenguaje del poder y al poder del lenguaje. La obra de López Cuenca ha estado presente en infinidad de proyectos y exposiciones tanto en España como en el extranjero, además de las múltiples actividades, muchas de carácter efímero, que el propio artista ha impulsado individual o colectivamente.
Jorge Luís Marzo