Anselm Kiefer
Alemania, 1945
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Anselm Kiefer nació el mismo año en que acabó la Segunda Guerra Mundial, y creció siendo testigo del esfuerzo de su país para rehacerse de su gran derrota y superar su doloroso sentimiento de culpa. Obsesionado con este terrible período de la historia de Alemania, Kiefer se dedicó durante veinte años a explorar con su pintura los mitos y la historia del nacionalismo alemán, cuestionando, a través de la elección de imágenes y temas, algunos tabúes de la conciencia alemana, en un intento de reconciliación social. Kiefer estudió en las academias de Friburgo, Karlsruhe y finalmente en Düsseldorf, donde tuvo como mentor a Joseph Beuys. De 1969 a 1990 Kiefer produjo una pintura simbólica y narrativa, con un tono existencialista y no muy alejado de la idea romántica del artista como visionario. Su imaginería se inspira en la literatura y la historia germánicas, la ópera wagneriana y la propia historia nazi, así como también en la mitología, la teología, la historia bíblica e incluso la alquimia. «Trabajo con símbolos que vinculan nuestra conciencia con el pasado. Los símbolos crean una especie de continuidad simultánea y nosotros recordamos nuestros orígenes», explicaba el artista en 1980. En 1991, año de la reunificación de las dos Alemanias, Kiefer emprendió un largo viaje por diferentes países hasta que, en 1993, se estableció en el sur de Francia, en Barjac, donde vive actualmente. Ese mismo año presentó en la galería Marian Goodman de Nueva York una exposición titulada «Twenty Years of Loneliness» (Veinte años de soledad), consistente en trescientas pinturas realizadas en distintos momentos de su vida que habían sido apiladas con aparente abandono, como si hubiesen sido desechadas. La exposición parecía indicar el final de una época, una despedida o, como algunos han interpretado, una especie de exorcismo del drama que esas pinturas representaban. Kiefer no volvió a exponer hasta tres años más tarde. Su nueva obra retenía el anterior espíritu existencialista y simbólico, pero sustituía las referencias a la cuestión alemana por una visión mística y trascendente de la humanidad, construida a partir una intrincada red de referencias a diversas tradiciones espirituales.
Nimfa Bisbe