Josep Guinovart
España, 1927
España, 2007
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En 1944, Josep Guinovart se inscribe en la Escola d’Arts Aplicades i Oficis Artístics (en la actualidad Escola Llotja) y completa su aprendizaje en el FAD (Foment de les Arts Decoratives) y en París, becado por el Instituto Francés, en 1953. A su regreso a Barcelona funda con Antoni Tàpies y Joan Josep Tharrats el efímero grupo Taüll, germen de una voluntad renovadora en la España de posguerra. A finales de los años cuarenta realiza una obra magicista de gran lirismo, mientras que en los cincuenta se adentra en un particular expresionismo figurativo a través de un esquematismo plástico de clara intención sociopolítica, que tiene su fundamento en un profundo compromiso con la realidad. Fagocita y recrea símbolos de la obra picassiana y mironiana; homenajea a luchadores políticos y a literatos; y, sin duda, utiliza la pintura como forma de protesta y radicalidad, lo que le lleva a estar presente en numerosas bienales internacionales durante varias décadas. A partir de los años setenta, su espíritu abierto, heterodoxo y testimonial, se afirma en una pintura de ricos assemblages con la que se entrega definitivamente a una abstracción de corte tectónico, que nace de una excitación sensible entre el elemento natural, el objeto, el dibujo y el desbordamiento de la pintura. Su épica de la materia y del collage, con sus texturas cautivadoras con elementos sacados de la tierra y del utillaje de la vida real, le acercan por un lado a la vitalidad social de la obra de Robert Rauschenberg y, por otro, a la celebración de lo natural en la obra de Anselm Kiefer. La pintura resurge en sus manos como aprehensión convulsa y poética de lo real y, sobre todo, como resultado de una sensorialidad física conformada en los paisajes áridos de su infancia leridana, en las intensas gamas del trópico o del mediterráneo, o en las rudas tierras de Castilla y del desierto africano. De estas experiencias emanan bulbosas superficies de arcilla, craqueladas, llenas de rastrojos o maderas, con las que crea otros mapeados y propone dislocaciones pictóricas, como pintar el envés del cuadro, que le permiten crear nuevos reordenamientos del espacio, para así dar salida a sus deseos de configurar nuevos mundos. La completa instalación Contorn-entorn, donada al Museu d’Art Modern de Barcelona (MACBA) en 1978, da buena muestra de ello. A lo largo de su trayectoria artística, Josep Guinovart participa en la ilustración de libros y revistas, es un intenso grabador y realiza escenografías y vestuarios para representaciones teatrales y de ballet. Colabora también en proyectos arquitectónicos con la creación de una serie de murales que responden a una intensa preocupación por la función social del arte. Su obra puede verse desde 1994 en la Fundació Espai Guinovart, de Agramunt (Lérida), que él mismo crea y cuyos espacios concibe como resumen de sus inquietudes artísticas.
Teresa Blanch