Xavier Grau
España, 1951
2020
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Xavier Grau inició su formación artística en la especialidad de escultura, en la Escuela de Bellas Artes de la Universidad de Barcelona. En 1976 expuso en la galería Maeght de Barcelona junto a José Manuel Broto, Gonzalo Tena y Javier Rubio, artistas aragoneses con quienes, en plena euforia conceptual, impulsó uno de los puntos fuertes del debate plástico español durante los años setenta. En el marco de aquella muestra, titulada «Per una crítica de la pintura,» estos artistas presentaron el número cero de la revista Trama, que se convirtió en el manifiesto programático de una nueva concepción artística que se decantaba por la práctica pictórica como ejercicio autónomo. En un momento en el que se aseguraba que el arte se encontraba en pleno proceso de desmaterialización, este colectivo promovió una actitud de defensa de la pintura en estado puro, marcada por una estricta primacía de los aspectos teóricos. En los años setenta, las primeras obras de Grau recogían la herencia tardía del minimalismo norteamericano bajo los postulados teóricos del grupo francés Support-Surface y las teorías psicoanalíticas de Lacan. A partir de 1978, sin embargo, aquel grupo inicial se disolvió, debido al desengaño de sus integrantes ante la viabilidad de una pintura extremadamente condicionada por la retórica de sus planteamientos. Con el convencimiento de que tiene que ser el lenguaje mismo el que dicte sus propias necesidades, Xavier Grau abandona la pintura monocroma y geometrizante de sus inicios. Comienza a pintar en libertad, en busca de un estado de ánimo, e introduce elementos expresivos en unos espacios que se van volviendo más emotivos. Se interesa por el expresionismo abstracto americano y se concentra en los medios de la action painting; con frecuencia pinta en un estado de semiautomatismo, pero no da nunca por acabado o agotado este lenguaje. En su trabajo hay multitud de referencias a la historia de la pintura: la espontaneidad del automatismo surrealista, Gustave Moreau y Odilon Redon en lo que se afecta al tratamiento de las luces, el collage cubista en lo relativo a la estructura de la composición, referencias al arte pop, a Willem de Kooning en el control del gesto, y a Philip Guston en los rojos anaranjados asociados a los grises y en el humor ácido de algún tema. La ambigüedad entre figuración y abstracción nos remite a Roberto Matta, y también hay referencias a la obra de Luis Gordillo, al Picasso de los últimos años y a las evocaciones oníricas de Yves Tanguy. Desde la misma práctica pictórica Xavier Grau edifica su estilo personal, explorando de forma sólida y tenaz el lenguaje de la pintura.
Eva Solans