Elena del Rivero
España, 1951
Volver
La primera etapa fundamental en la trayectoria de esta artista tuvo la ciudad de Madrid como escenario. Un Madrid que, según ha comentado ella misma, es una urbe ardua y difícil para el torero, para el músico y para el pintor. Sus primeras obras en el campo pictórico la condujeron a tratar temas románticos y a mostrar paisajes norteños, pero poco a poco fue reduciendo la gama cromática y sumergiéndose en una estética más depurada, minimalista en la forma, aunque ajena a la severidad espartana e industrial del minimalismo histórico. Con el tiempo, su obra iría en pos de un lenguaje intenso, obsesivo: la gramática de la creatividad suprimida a la que se vieron abocadas muchas mujeres, mutiladas por la presión de la ley machista y por la sociedad patriarcal. Así, y especialmente desde que se instaló en Nueva York, en 1991, Elena del Rivero cultiva la dimensión autobiográfica mediante series de cartas en las que la pintura se funde con la instalación. La artista combina ese tema epistolar, que recuerda a Kafka y a las Noches florentinas, de Marina Tsvietáieva, con citas a los textos de Julia Kristeva. Se puede decir que entonces lo abyecto deviene belleza como la que halló en Nueva York, adonde, según confesión propia, la condujo un amor total y absoluto. La noción del tiempo es clave para entender su trayectoria, como se deduce de Intérvalo. Simulacro I, de 1989, una obra en la que explora el concepto de repetición mediante la intensidad de las sombras y las oscuridades. La obra de Del Rivero sufrió las consecuencias del 11 de septiembre del 2001, pues su estudio resultó enormemente dañado. Con los restos elaboró un proyecto titulado [Swi:t] Home: A Chant (2001-2006), que consistía en la recogida de miles de papeles encontrados, que limpiaba y enumeraba. Estos escombros fueron cosidos con seda y perlas falsas a unos rollos de muselina y con todo ello creó una pieza-instalación en forma de cascada. En su obra rezuma también una concepción de la existencia próxima a algunos de los postulados del feminismo de la diferencia.
Juan Vicente Aliaga