Alan Charlton
Reino Unido, 1948
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Alan Charlton es un artista de pocas palabras. Durante muchos años ha presentado sus obras en silencio, sin explicaciones, sin textos en sus catálogos de exposición. La pintura implica un acto de percepción visual, y para este artista el lenguaje escrito y verbal es una actividad diferente. Charlton se ha definido a sí mismo escuetamente: «Soy un artista que hace una pintura gris.» Su obra no alberga otra intención que la de ser pintura, y su propósito como artista es, simplemente, producirla. En 1969, cuando todavía asistía a la escuela de arte, este artista británico decidió realizar una serie de cuadros con materiales industriales. Su idea era realizar un cuadro con elementos que no pudieran ser considerados bellos, sino más bien ordinarios, e incluso aburridos. Eligió unos listones de madera con una medida estándar de 4,5 cm de ancho para confeccionar el bastidor, y pintura industrial para pintar cada uno de los cuadros de un solo color. El resultado fue una obra que no daba pie a ningún tipo de ilusionismo; una pintura que solamente contenía aquello que simplemente se veía. Desde entonces, Charlton ha usado rigurosamente el color gris porque es el más industrial, el más urbano, y el que menos asociaciones puede suscitar, y ha continuado empleando la medida de 4,5 cm como módulo que da la proporción a sus pinturas. Las ideas de producción y trabajo son fundamentales en la práctica de este artista. Charlton, que se define como un artista que produce pintura, comprende que el trabajo del artista es uno más en nuestra sociedad. Por eso se planteó que quería trabajar con la misma actitud anónima que cualquiera que viviera y trabajara en Londres. Alquiló un estudio lejos de su casa, y allí desarrolla su actividad diariamente, con un horario que finaliza a las cinco de la tarde. Durante sus treinta años de actividad, su pintura se ha mantenido prácticamente sin alteraciones. Cuando se le ha catalogado como pintor monocromo, Charlton ha respondido: «No pinto cuadros. No pinto monocromos. Soy un artista y decido hacer un cuadro.» Su decisión sigue siendo hacer una pintura gris. «Si decidiese que he agotado la idea de hacer cuadros grises, o que no me interesan los cuadros grises, no continuaría como artista de ninguna otra forma. Ello significaría el haber terminado mi trabajo. Y no me sentiría infeliz si ello ocurriese».
Nimfa Bisbe