Patricio Cabrera
España, 1958
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Patricio Cabrera se integra en el grupo de artistas sevillanos que irrumpe en la escena artística española a mediados de los años ochenta con una fuerte carga de frescura y renovación. Este núcleo, en el que también participan Rafael Agredano, Salomé del Campo, Pepe Espaliú, Curro González, Federico Guzmán, Juan Francisco Isidro, José María Larrondo, Moisés Moreno, Guillermo Paneque, Ricardo Cadenas y Antonio Sosa, desarrolla una importante actividad expositiva aglutinada en la galería La Máquina Española, y cuaja con la publicación de la revista Figura, cuya breve vida abrirá posteriormente el camino en solitario para las diversas personalidades individuales que habían integrado el grupo.
Las primeras exposiciones individuales de Cabrera, en Sevilla y en Madrid, recogen el trabajo sobre el paisaje realizado durante una prolongada estancia en el norte de la provincia de Almería, y desvelan una renovadora mirada sobre el paisaje. Aunque el paisaje va a constituir uno de los ejes de su obra, en la pintura este artista aborda lo ornamental y lo decorativo con una consciente ausencia de estilo definido, lo que le permite dotar a su pintura de una extraordinaria capacidad para generar imágenes. En los últimos años, la fusión de lo abstracto y lo figurativo ha otorgado una extraordinaria versatilidad a su obra.
Santiago B. Olmo