Jorge Barbi
España, 1950
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Inicialmente, Jorge Barbi se dedicó a la pintura, práctica que pronto abandonó en favor de la escultura para desarrollar un trabajo de marcado contenido conceptual. Su obra emergió en el panorama artístico gallego durante los años ochenta. Desde esa década hasta entrados los años noventa, sus obras recogieron las influencias del arte povera y del land art. Jorge Barbi ha ligado la herencia de estas tendencias conceptuales con una reflexión sobre su entorno más inmediato: la vitalidad del mar en Galicia y su entorno natural están presentes de una manera implícita en su obra. Así, la serie «Gallegos» (1987-1989) consiste en pequeñas esculturas de formas antropomórficas realizadas a partir de trozos de materiales encontrados y ensamblados. A partir de 1994, tras un intenso diálogo con el entorno natural, materializado en esculturas modeladas por el mar o el clima e intervenciones directas en la naturaleza, Barbi asumió una posición crítica y reflexiva frente al mundo del arte. En esta etapa ha reflexionado sobre la descontextualización de las obras, liberándolas de su dependencia del museo. En el año 2010, una exposición retrospectiva sobre su obra organizada por el Museo de Arte Contemporánea de Vigo (MARCO) y la Fundação Calouste Gulbenkian de Lisboa mostraba un retorno en su trabajo, a través de fotografías y dibujos, a la observación de la naturaleza, siempre en su lugar de nacimiento y de residencia, en A Guarda.
David G. Torres