Hans- Peter Feldmann
Alemania, 1941
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Durante más de un siglo, el uso de imágenes y objetos encontrados ha sido una práctica fundamental en el mundo del arte. La atracción por esta estrategia se puede explicar porqué permite mezclar una crítica a la autoría con el significado potencial de la misma conjunción arbitraria de objetos.
En los años sesenta, Hans-Peter Feldmann (Düsseldorf, 1941) comenzó a coleccionar fotografías procedentes de cualquier lugar o medio: revistas, periódicos, anuncios, instantáneas y álbumes privados. Sus primeros trabajos fueron unos libros pequeños llamados Bild o Bilder (imagen o imágenes) en los que publicaba series de imágenes agrupadas por temas o motivos: jugadores de fútbol, montañas, cabezas de mujer… Entre 1967 y 1976, Feldmann publicó unos cuarenta libros de este tipo, que también incorporaba en sus exposiciones colgados del techo o presentados sobre mesas.
Las imágenes se disponen en la página sin ningún tipo de jerarquía ni de pretensión, y sin texto que las acompañe o las explique. La agrupación de las imágenes crea una tensión entre lo que comparten y lo que las diferencia. La selección es deliberada, pero no sistemática, inclusiva pero no enciclopédica. A Feldmann no le interesa la posible singularidad de una imagen, sino lo que denomina «el valor promedio» (average value), y, por otra parte, su obra tampoco se puede vincular a una crítica a la sociedad de consumo o sus excesos. Su uso de las fotografías se distancia de las prácticas conceptuales que predominaban en sus inicios en el mundo del arte, y si bien sus colecciones insinúan una proximidad al impulso archivístico, no pretenden ser exhaustivas ni autoritarias.
Durante la década de los ochenta, Feldmann dejó de exponer pero continuó recopilando imágenes, que mostró de nuevo públicamente a partir de los noventa. En los últimos años ha incorporado a su trabajo tanto la escultura como la instalación, siguiendo a menudo las mismas premisas que en su trabajo con imágenes.
En Schattenspiel (2002), Feldmann extiende su anterior práctica de coleccionar al formato de la instalación y sustituye las imágenes por objetos. Todo tipo de objetos, juguetes, souvenirs, artilugios… se colocan encima de plataformas circulares giratorias que a su vez se encuentran alineadas en una mesa. La sala está a oscuras y las luces situadas detrás de los objetos proyectan sus sombras sobre la pared de enfrente. El espectador se queda detrás de la mesa observando el espectáculo y, como ocurre con los libros de fotografía, las posibles relaciones entre los objetos.
Como otros muchos artistas de su generación que querían romper con la grandilocuencia de la modernidad, Feldmann vuelve su objetivo hacia lo que es cotidiano y ha estado siempre ahí. Su trabajo no se basa en la creatividad, la originalidad o la invención, sino en reciclar, inventariar y coleccionar.
Neus Miró