Eusebio Sempere
España, 1924
España, 1985
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En 1960 Eusebio Sempere vuelve a España. Atrás quedaban doce años vividos en París, donde llegó en 1948 gracias a una beca del Sindicato Español Universitario, huyendo de las rancias enseñanzas artísticas de la Escuela de Bellas Artes de San Carlos de Valencia. En París se instala en el Collège de l’Espagne, donde coincide con otros artistas españoles, como Pablo Palazuelo o Eduardo Chillida, con los que comparte amistad e intereses plásticos. Y allí subsiste económicamente con mayor o menor fortuna, vive deslumbrado por el arte moderno, sobre todo por Kandinsky, Paul Klee y Mondrian, y entra en contacto con el movimiento óptico y cinético, con el que en aquellos tempranos años se identifica. Será entonces, en París, y tras un doloroso proceso, cuando Sempere renuncia a la figuración y profundiza decididamente en el camino de la abstracción geométrica. Aunque su trabajo es silencioso, nocturno y casi secreto, realiza una importantísima serie: los «gouaches sobre cartulina», en los que va delineando figuras geométricas simples, al principio planas y luego con apariencia virtual de volumen, en disposiciones ordenadas o aleatorias. Son trabajos sencillos, emotivos e ingenuos, que van complicándose en un creciente interés por el volumen, la profundidad y el movimiento. En ellos creó su propio alfabeto artístico y fijó para siempre las bases de su lenguaje plástico.
Los tres papeles de la Colección ”la Caixa” de Arte Contemporáneo pertenecen a un trabajo que prolonga durante los primeros meses de su estancia en Madrid. Son gouaches trabajados con tiralíneas sobre cartulinas negras, el soporte que elige el artista y que más se adecua a sus posibilidades e intereses plásticos. En esas cartulinas se disponen una serie de figuras geométricas simples rayadas en color, que trabaja sobre un fondo de finísimas líneas blancas paralelas, una combinación experimental que se proyecta en obras posteriores.
Eusebio Sempere se convirtió en uno de los representantes más genuinos de la abstracción geométrica y las tendencias ópticas y cinéticas en España. Sus obras, cada vez más complejas, pinturas o esculturas, son fruto de un trabajo riguroso y continuado sobre la forma geométrica, la ilusión óptica y la sensación de movimiento, aunque poseen un lirismo muy singular y una gran belleza formal. A medida que sus pinturas se perfeccionan en ejecución, las líneas son más finas y pulcras y se degrada el color, su pintura se vuelve más espiritual, casi mística, de sutiles y etéreos efectos de luz. Es el caso de La Acrópolis, una tabla de 1981 que resume todos los presupuestos estéticos del artista, geometría, técnica minuciosa y detallista, exactitud y pulcritud, y una incesante búsqueda poética de la luz.
Sempere fue un artista generoso y comprometido. Su Colección Arte Siglo XX fue donada a la ciudad de Alicante para inaugurar, en 1977, uno de los primeros museos de arte contemporáneo de este país, La Asegurada, núcleo primigenio del actual MACA, Museo de Arte Contemporáneo de Alicante, abierto al público desde el 2011.
R. M. Castells