Valeska Soares
Brasil, 1957
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Valeska Soares se graduó en Arquitectura en 1987 en la Universidad de Santa Úrsula de Río de Janeiro y se especializó en Historia del Arte tres años después. En 1991 se trasladó a Nueva York, donde reside habitualmente. En el trabajo de Valeska Soares han sido relevantes tanto su formación como arquitecta como el peso de la tradición del arte brasileño contemporáneo: la performance y el legado de experiencias en otros soportes, mezclados sin complejos, constituyen una combinación destacable en su obra. Soares produce instalaciones y esculturas que en numerosas ocasiones invitan al espectador a una experiencia multisensorial, en las que el tacto y el olfato son tan importantes como la visión de la propia obra. Para ello se vale de materiales y técnicas diversos, desde la cera de abeja, el perfume y las flores hasta el cristal, el terciopelo, el metal, la fotografía o los textos impresos en cristales o espejos. Sin título, de 1995, es un ejemplo perfecto del modo de proceder de la artista. La memoria y la personalidad de la artista se reflejan en su trabajo de forma habitual y crean una visión distorsionada y evocadora de hechos y sucesos que suponen un reto para el receptor de la obra, al que se le exige una mirada crítica sobre la misma. Para Soares, esta evaluación de su trabajo es de extrema importancia. Como ella misma explica, lanza claves que activan el pensamiento dentro de un contexto específico, con numerosas posibles lecturas, para que sean interpretadas de modo personal e individual. A modo de metáforas en el espacio, sus instalaciones intentan mezclar sus propios sueños con los del espectador, dentro de un amplio margen: materia, deseo, sensaciones y sentimientos. La transgresión de los márgenes artísticos y la ruptura de los márgenes impuestos son recurrentes en su trabajo: el reflejo y su distorsión, lo que parece y no es, el engaño de la propia mirada con la participación del resto de los sentidos. Su objetivo es convertir el terreno artístico en un campo ilusorio, un lugar de seducción donde podemos ser engañados, por deseo propio. Para Valeska Soares, el deseo y sus patologías son la inspiración creativa.
Virginia Torrente