Thomas Schütte
Alemania, 1954
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Thomas Schütte pasó su infancia en Baviera y en la Baja Sajonia. Impresionado por su visita a la Documenta V en 1972, solicitó un año más tarde su ingreso en la academia de arte de Düsseldorf, en la que permanecería hasta 1981. Entre sus profesores se encontraban Fritz Schwegler y Gerhard Richter, de los que aprendería a establecer una relación estrecha –a la par que personal y crítica– con la realidad y a reflexionar sobre la esencia de la práctica artística. En los primeros años ochenta comenzó a trabajar con modelos arquitectónicos, pequeñas maquetas realizadas en materiales rudimentarios en los que refleja una metáfora de las normas y pautas que rigen nuestra vida. Algunos de estos modelos se convirtieron en edificios practicables, como su instalación para la Documenta VIII titulada Eis (1987): un sencillo espacio con un uso práctico –la venta de refrescos–, que agregaba un punto de ironía a la idea de arte dominante, en un acontecimiento artístico internacional como aquel. Paralelamente, Schütte ha tratado la figura humana utilizando otros soportes, como la fotografía –Innocenti (1994)–, la escultura –sus monumentales personajes Große Geister (1996)– o el dibujo. La obra de Schütte, adaptada a estos medios, que para él resultan complementarios, se debate entre el análisis y la invitación al público a tomar una postura crítica. El artista vive en Düsseldorf.
Ferran Barenblit