Sofía Jack
Francia, 1969
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Desde comienzos de la década de los noventa, y tras su licenciatura en Bellas Artes por la Universidad Complutense de Madrid, la obra de Sofía Jack (1969) ha combinado medios como la fotografía y las formas tridimensionales (objetos, esculturas, maquetas), y de manera prioritaria el dibujo y la animación digital. Y han sido fundamentalmente estos dos últimos lenguajes los que le han servido para crear un discurso donde invita al espectador a que se involucre en unas narraciones fragmentarias y, a primera vista, desconcertantes. La cárcel, el cuadrilátero de boxeo, el gimnasio o el hogar se convierten en espacios metafóricos donde la artista traslada cuestiones psicológicas complejas e indaga sobre nuestros hábitos y comportamientos. En sus papeles de pequeño formato, realizados en los últimos años, recrea, a través del grafito o la tinta, lugares cotidianos que remiten a la intimidad; la casa y sus espacios aparecen dibujados con precisión y desde una actitud aséptica o distante. Como referente ha utilizado fotografías de la primera mitad del pasado siglo que captan arquitecturas racionalistas, interiores y mobiliarios que suponían la quintaesencia de la actualidad, el estilo y el confort para unas nuevas, y por primera vez amplias, clases medias. Esos espacios domésticos que encarnaron la racionalidad moderna le sirven a Jack para indagar en su reverso y en cómo lo humano, los deseos, miedos, afectos y sentimientos resquebrajan una idea de razón y orden que se convierte en utopía. No por casualidad una de sus últimas exposiciones llevó como título «Todo lo sólido se desvanece en el aire», que remitía al texto de Marshall Berman, publicado en 1982, donde el autor neoyorquino (partiendo del pensamiento de Marx) analiza la experiencia de la modernidad desde sus propias grietas, como «mito ilustrado» que aloja la irracionalidad en su misma aspiración de racionalidad. Tras su licenciatura, Sofía Jack amplió su formación con artistas como Gerhard Richter, Voto Acconci y Katherina Sieverding. Ha recibido diversas becas, como las otorgadas por la Fundación Barrié (HdK, Berlín), Unión Fenosa y la Accademia di Belle Arti di Roma, y ha obtenido premios del Colegio de Ingenieros de Madrid y de la Fondazione Antonio Ratti de Italia.
Alicia Murría