Cristina Iglesias refleja uno de los paradigmas del cambio experimentado en la escena de las artes plásticas españolas en la década de los años ochenta, concretamente en la internacionalización de su desempeño y de sus inquietudes. Estudió en la Chelsea School of Art de Londres entre los años 1979 y 1982, y expuso por primera vez en la capital británica en el mismo año de su licenciatura. Su primera muestra individual tuvo lugar al año siguiente en Portugal, en la Galería Cómicos de Lisboa; unos meses más tarde expuso también en Madrid. En los años siguientes, su obra estuvo expuesta en el CAPC Musée d'Art Contemporain de Burdeos, en el Kunstverein für die Rheinlande und Westfalen de Düsseldorf, en la De Appel Foundation de Ámsterdam, en la Kuntshalle de Berna, en la Art Gallery of York University de Ontario y en el Stedelijk Van Abbemuseum de Eindhoven, así como en galerías privadas de distintos países, entre ellos España. Representante española, junto con Antoni Tàpies, en la XLV edición de la Bienal de Venecia (1993), su primera exposición en un museo nacional tuvo que esperar hasta 1998, cuando, en colaboración con el Solomon R. Guggenheim Museum de Nueva York, el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía de Madrid y el Museo Guggenheim de Bilbao mostraron su obra. El MNCARS ha repetido retrospectiva individual en el 2013. Ha expuesto también en el Carré D’Art - Musée d’Art Contemporain de Nîmes, el Museu de Arte Contemporânea de Serralves de Oporto, la Whitechapel Gallery de Londres, el Irish Museum of Modern Art de Dublín, el Museum Ludwig de Colonia, la Pinacoteca do Estado de São Paulo y la Fondazione Arnaldo Pomodoro de Milán. En el 2011 trabajó con la Marian Goodman Gallery de Nueva York. En los últimos años ha intensificado el número y las dificultades de sus intervenciones públicas o para espacios privados, así las impactantes Towers the Ground, en el Castello di Ama, en la Toscana italiana; Estancias sumergidas, en la Baja California Sur, en México, e Inhotim, en el parque del mismo nombre en Brasil. Su obra se encuentra en colecciones destacadas como las del Museo Reina Sofía (Madrid), Centre Pompidou (París), Tate Modern (Londres), Museu de Serralves (Oporto), MOCA (Los Ángeles), Hirshhorn Museum (Washington), Museo Guggenheim (Bilbao), MACBA (Barcelona), Van Abbemuseum (Eindhoven), Kunsthalle (Berna), Musée de Grenoble y otros. Dos de las piezas de la Colección ”la Caixa” de Arte Contemporáneo, ambas sin título, datan de 1985, en los inicios de su carrera pública. Corredor suspendido, del 2005, es un buen ejemplo de las celosías y recintos que caracterizaron sus primeras instalaciones.