Cildo Meireles
Brasil, 1948
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La obra de Cildo Meireles se compone de dibujos, objetos e instalaciones que exploran lo sensorial en un diálogo directo con el espectador. Se trata de un conjunto de obras que reflexionan sobre distintas esferas de lo social y del conocimiento –los procesos de comunicación, el papel del espectador, la ciencia, la geografía o la economía– sin responder a ninguna jerarquía de materiales o formatos. Meireles es uno de los artistas contemporáneos más influyentes en el ámbito internacional. Su figura es fundamental para entender la vanguardia artística brasileña de posguerra, ya que su labor se enmarca en la transición de la producción neoconcreta de finales de los años cincuenta (Hélio Oiticica, Lygia Clark y Lygia Pape), concentrada en el rechazo del racionalismo extremo para crear obras sensoriales y participativas, y en la generación de los años sesenta, comprometida con una realidad política marcada por la dictadura militar de su país (1964-1985) y precursora de las subsiguientes propuestas conceptuales, instalaciones y performances. Los primeros trabajos de Meireles se plasman en forma de dibujos, pero en 1967, con su traslado a Río de Janeiro, el dibujo pasa a segundo plano. El artista comienza a trabajar con el modelo euclidiano de espacio: un rincón con tres planos de proyección octogonales. Es a partir del estudio del volumen y su aplicación en obras tridimensionales cuando la acción corporal y las ocupaciones pasan a formar parte implícita de muchas de sus obras, como ocurre en Espaços virtuais. Cantos (1967-1968), que presenta una serie de ambientes organizados según especulaciones geométricas del artista. Su producción por entonces es muy formalista, pero el endurecimiento de la dictadura a partir de 1969 da lugar a una mayor radicalización de la dimensión política en su obra. Con Inserções em circuitos ideológicos (1970), serie paradigmática de este momento, Meireles alude a la idea del intercambio basándose en la investigación de los mecanismos sociales que articulan la circulación de bienes de consumo y de información. La obra más representativa de esta serie es el Projeto Coca-Cola, botellas del conocido refresco con la sobreimpresión de mensajes críticos como «Yankees Go Home», que después volvían a ponerse en circulación convencional. El trabajo de Meireles está inserto en lo que se ha denominado «conceptualismo sensualista», noción que hace referencia a los conceptualismos que utilizan los materiales con la intención de generar un impacto en los sentidos, creando ambientes poéticos. En sus obras lo real, lo simbólico y lo imaginario se combinan en un perfecto equilibrio que cuestiona los límites tradicionales de la percepción artística. Un ejemplo de ello es Volátil (Volatile) (1980-1994), una habitación sellada con el suelo cubierto por una gruesa capa de polvo de talco. Un olor a gas impregna el espacio, lo que hace que la vela que se encuentra al final emita un halo de luz pálida. Volátil (Volatile), pese a la multiplicidad de posibles lecturas, es un intento de asociar sensación y emoción produciendo un vínculo casi instantáneo. Por otra parte, parece evidente que este trabajo también navega por las regiones del miedo. En las últimas décadas Cildo Meireles se ha caracterizado por la realización de instalaciones de gran envergadura que, a pesar de su apariencia a menudo hostil, se ofrecen como espacios para que el espectador los explore de manera activa y con todos sus sentidos.
Andrea Aguado Alemany