Artículo
VolverLa comida es cultura, y la cultura es arte. Con estos conceptos Antoni Miralda estructura su obra y crea un espacio donde la cultura popular es el eje central. Su trayectoria en los principales centros artísticos del mundo —Barcelona, París, Londres y Nueva York, entre otros— lo ha convertido en uno de los pilares de la vanguardia contemporánea.
Antoni Miralda es el artista premiado por la Fundación Arte y Mecenazgo en su quinta edición. Valorado por su genialidad e ingenio, no duda en referirse a las dificultades del artista en la búsqueda de patrocinio o financiación. Los galeristas que han trabajado con él han acabado siendo sus amigos, los coleccionistas, todavía más. El contacto con el coleccionismo privado ha sido difícil, aunque interesante. El objetivo: que los coleccionistas entendieran su obra como un reflejo de vivencias, y no como una creación enmarcada.
La obra de Miralda destaca por salir del ámbito artístico tradicional y clásico. El paisaje urbano del París de los 60 le dio las pautas de cómo absorber y observar, escuchar, explicar y convencer, conceptos que marcaron su manera de trabajar y, en definitiva, de pensar. Según Miralda, “todo puede salir del marco del tiempo y del espacio.” Que una obra se extienda en el tiempo, que se puedan establecer puentes entre espacio público y privado, entre lo íntimo y lo monumental, entre lo local y lo universal, ha propiciado un estímulo en Miralda para seguir trabajando, permitiéndole apartarse del marco artístico convencional.
El proceso de alimentación o “ritual culinario” es central para la obra de Miralda; en él se establece una comunicación que Miralda convierte en arte. Un ejemplo de ello es Foodcultura, un concepto de “museo sin paredes” que Miralda creó con el objetivo de explorar, coleccionar, preservar, documentar y difundir las conexiones entre comida, cultura popular y arte.
Una parte de la dotación del premio en esta categoría se destina a la publicación de un libro de artista. “A mí me estimula muchísimo recibir este premio… ¡No estoy acostumbrado a recibir premios!”, comentó Miralda.
El libro será una recopilación de las vivencias que experimentaron los visitantes de El Internacional, el restaurante-instalación que el artista cofundó en los años 80 en el barrio de TriBeCa, en Nueva York. La idea era construir una instalación artística y culinaria donde los comensales pudieran disfrutar de un espacio creativo e innovador, donde se sucedían diferentes performances.
El libro de artista de Antonio Miralda también reflejará el momento en que se introdujeron las tapas por primera vez en el Nueva York de los 80, no sólo como comida, sino como idea de diálogo, de intercambio y de investigación.Las tapas constituyen un elemento común en nuestra alimentación, pero en aquel momento fueron una novedad que llamó la atención del público neoyorquino. “Siempre nos acordaremos de los clientes que llamaban diciendo «¿Es éste El Internacional, bar de topless?»”. Hasta tal punto era desconocida la palabra “tapas”.
Para el artista, la publicación del libro será todo un reto. “El restaurante sirvió de laboratorio y taller de trabajo (…). El libro se basará en la memoria oral, en el relato de esas experiencias al cabo de 30 años. Tiene que servir como archivo para otras personas de distintos ámbitos”.